Disponemos de pocos datos sobre la imagen de la Samaritana. Se trata de una talla de madera, de las de vestir, que responde a las características propias de la estética del siglo XIX. Algunos autores han querido ver en ella el buen hacer del escultor don Roque López o de alguno de sus discípulos. Lo cierto es que se nos ofrece en la línea estética y compositiva que Salzillo creó para la cofradía Californiana de Cartagena, aunque sin alcanzar la belleza con la que el imaginero murciano dotó la imagen de los californianos, no obstante la elocuente expresividad de la Samaritana de Totana, la gracia y la belleza de su rostro son también dignas de reconocimiento. Procesiona junto con la imagen de Jesús, Este sentado ante el pozo de Jacob. La imagen del Nazareno, sin alcanzar la belleza de la Samaritana, se cree procedente del taller del escultor don Francisco Sánchez Araciel. Ambas fueron restauradas en 1962, por el escultor murciano señor Sánchez Lozano. En 1982, este gran imaginero volvió a restaurar la talla de la Samaritana, a la que dedico palabras de elogio, asombrado por su calidad artística.
En la actualidad la imagen de la Samaritana procesiona con manto de terciopelo rojo, bordado en hilo de oro y seda, el escudo de la Hermandad y el pasaje. El buen samaritano. Este trabajo fue realizado en los talleres, “La Épica” Lorca en 1988, bajo la dirección de don Andrés Nicolás Moreno. La imagen de Jesús viste túnica roja bordada en hilo de oro y manto azul de iguales características.
En 1987, y en línea con ese sentido de renovación y mejora de la Hermandad que preside la gestión de don Domingo García Espejo, se planteo un hermoso proyecto, en este caso encargar un paso nuevo para desfilar en la procesión de Viernes Santo en la noche, en la procesión del santo entierro. Hasta entonces venía desfilando la imagen de la Samaritana, sola, vestida de luto, en señal de duelo por la muerte de Cristo, y con un crucifijo en la mano, una hermosa estampa que está grabada en la retina, la memoria y el recuerdo de muchos vecinos de esta ciudad.
Reconociendo el profundo calado que esta imagen tiene en Totana, se razonó el cambio que se pretendía hacer argumentado que la imagen de la Samaritana no responde a la liturgia eclesiástica de esa noche. En esa misma reunión se encontraba presente el escultor don Juan Lorente Sánchez, que ofreció su trabajo para tallar un Cristo crucificado con un ángel recogiéndole la sangre del costado, por un importe total de un millón cincuenta mil pesetas. La asamblea aprobó el proyecto y la imagen desfiló en la Semana Santa de 1988. Se procedió a su bendición el 27 de marzo, en la celebración de la Eucaristía del Domingo de Ramos, en la parroquia de Santiago. Tras su bendición, la imagen procesionó acompañada por la banda de la Hermandad y numerosos hermanos. Se realizó el trayecto hasta la plaza del Convento para regresar de nuevo al templo parroquial. Esta imagen no fue del agrado de la generalidad de hermanos y su autor actuó sobre ella para acercarla a la estética de formas menos agudas y pronunciadas que la tallada por primera vez. Se recurrió de nuevo a su restauración en 1992, pues no terminaba de convencer este último arreglo que el escultor había practicado a la imagen.
Esta situación llevó a que en 1996 se adquiriese una nueva imagen del Cristo de la Sangre al escultor madrileño don Venancio Martínez Tomelloso, imagen con la que la Hermandad procesiona en la actualidad. El ángel que acompaña esta imagen es obra del escultor sevillano don Manuel Ramos Corona, tallado en el año 1988.
Anualmente, en el mes de julio, la Hermandad conmemora al Santísimo Cristo de la Sangre con celebración de la Eucaristía y encuentro de hermanos en su sede, situada en la calle Virgen de Montserrat.
Aunque en algún momento se planteó la posibilidad de exponer al culto estas imágenes en la de San Roque, esta propuesto no llegó a fraguar y la imágenes se encuentran en la sede de la Hermandad.